viernes, 4 de diciembre de 2015

La Chica de la Niebla - Parte XI

Al día siguiente, Padrastro vino a mi habitación y me entregó los documentos que la mujer trajo. Los leí, y los conduje dentro mi cabeza, como se me ordenó. Como ya he dicho, yo miré todos esos documentos.
Escrito en ellos, había información detallada sobre el pasado de Gast Venom, un nombre que creo que tú conoces, Señorita Yukina. Sí, ese es el maestro espadachín Gast Venom, el “Demonio de Asmodin”. En ese tiempo, él sólo era otro soldado de Asmodín.
Esa mujer de cabello plateado era la oficial de inteligencia del ejército Asmodin. En resumen, ella era conocida por ser la madre de Mariam Futapie— una de los tres héroes.
Gast Venom es un descendiente de Sateriasis Venomania— esta es una historia famosa ahora pero, en ese momento, Gast trató de ocultarlo de todos.
Mi padrastro era un devoto creyente Levin, y no podía perdonarle a una persona ser así como su subordinado. Él apeló directamente al emperador para desterrar a Gast pero no recibió respuesta, y eso le hizo sentirse impaciente. Me dijeron el plan de Padrastro, y ordenó a cooperar.
Era un plan insensato y cruel.
Lo dudé, pero mi padrastro hablaba. Dijo que “esto es por el bien de este país, y tus hermanos también tomarán parte en la eliminación de esa carga”.
—Ahora que pienso en eso, tal vez Padrastro estaba simplemente asustado de los jóvenes talentos que amenazaban su posición.
Pero neciamente, yo sentía placer en mi corazón por haber sido la primera vez que padrastro me pidió que le hiciera un favor. Si yo tomo parte en este plan, también estaría en esta familia. Y no ser más una ‘niña innecesaria’.
En ese momento, la guerra en el Reino vecino de Lucifenia se intensificó, y para cubrir al ejército en la invasión del ejército de Lucifenia, la Unidad del Dragón Dorado encabezada por Padrastro salió de la capital, Lasaland.
Cuando la Unidad del Dragón Dorado fue adelante hacia Lucifenia, tenía que ir más allá de un lugar llamado las “Montañas Nubladas”. Yo llegué antes que la unidad, alojé en el pueblo de Mystic al pie de la cordillera, y llegué a las Montañas Nubladas, cuando la Unidad del Dragón Dorado llegó al pueblo.
Había viejas ruinas en las montañas. En el plan, Padrastro iba a inventar una razón para que la unidad quede estacionada en estas ruinas por un tiempo. La razón de que Padrastro inventó era falsa, pero realmente nunca la utilizó. Dado que las tropas adelante de ellos se rebelaron, hubo un verdadero problema.
De todos modos, la Unidad del Dragón Dorado decidió esperar órdenes en las ruinas de las montañas. Así que yo podría reunirme con Padrastro y no ser encontrada por los demás soldados de la Unidad, me escondía en su cama durante el día. Mis dos hermanastros también participaron en la Unidad, por lo que sólo tres personas sabían que yo existía aquí— Padrastro y mis hermanastros.
Llegó la noche, y el padrastro llamó a Gast al altar en las ruinas. Aunque Padrastro les ordenó a los soldados que no fueran cerca del altar, Padrastro sabía que Gast no era del tipo de escuchar fielmente tales instrucciones.
Hasta el llamado a mis hermanastros, yo, realmente, no iría cerca del altar. En lugar de ello, decidí esperar a Gast delante del altar. Por supuesto, eso también estaba en el plan.
Justo antes de salir de la cama, padrastro me entregó una extraña espada. Aunque yo la rechacé porque le tengo miedo a las herramientas afiladas, fui forzada a llevarla. Me dijeron que “Esta espada no se utiliza como un arma. Si Gast tiene dudas acerca de ti, muéstrale la espada.” Aunque yo no lo entendí, Padrastro se puso serio, y yo le obedecí en silencio.
Mientras jugaba con la “Llave” como siempre, esperé en frente del altar; pronto, desde el interior de la niebla, Gast apareció, llevando una botella de licor.
Esa fue la primera vez que vi a Gast cerca.
Hasta entonces, yo sólo podía ver su figura desde la distancia. Si él hubiera sabido de mi existencia antes de venir aquí, se habría arruinado el plan.
Aunque Gast y yo tenemos 2 años de diferencia, vi que parecía más maduro que su edad real. Y, como una mujer, me cautivó, ya que era un hombre joven con un rostro hermoso.
Gast, sin importar si vio mi cara o no, dejó caer la botella de licor que llevaba en su mano. Mientras que la botella se rompió con un sonido fuerte, yo estaba convencida del éxito del plan.
Él completamente creía que yo era Sarah— su hermana muerta.



~Agradecimientos especiales a Luciano Ruiz~

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