martes, 19 de enero de 2016

Capítulo 3: Gumina Glassred - Escena 6

Tres días más tarde, Sateriasis y Gumina decidieron reunirse en la ciudad.

Debido al harén, Sateriasis no quería que ellas se vieran unas a las otras en su mansión. Y la Casa Glassred―― él no tenía ningún deseo de encontrarse con Gumina en un lugar donde el Marqués estuviera mirando. Mientras pensaba en ello, Gumina sugirió que tuvieran su cita en la ciudad de Lasand. Según ella, ambos escapaban de sus respectivos hogares y jugaban en la ciudad. Si ellos tomaban un paseo por la ciudad como en aquel entonces, él podría recordar algo, ese tipo de cosas.

Sin embargo, el Marqués Glassred no les permitiría que vayan a pie solos por la ciudad, sin una escolta. Mientras que Sateriasis ya había ido a pasear por todos lados él mismo, no discutió muy fuerte ya que estaría paseando junto con Gumina. Así como un compromiso, un asistente los acompañaría en su día como guardaespaldas, una de los sirvientes de la Familia Glassred.

"Ha pasado un largo tiempo, Duque Venomania. Soy Carol Shields. Voy a tratar de no interferir con ninguno de los dos, por favor, tratenme bien."

Cuando ella bajó la cabeza, su pelo rojo brillante, recogido hacia atrás, se dejó caer al frente. Ella parecía poco fiable como escolta con su cuerpo delgado, sin embarago ella se mostraba confiada en sus habilidades marciales a su manera.

"¿Me...... recuerda?"

Mientras ella decía eso, Sateriasis se esforzó por buscar en sus memorias. De alguna manera, ella tenía una cara familiar.

"Ciertamente...... siempre con Gumina...... la pelirroja......"

"¡Sí, Sí! Yo soy esa pelirroja, Carol. He servido como sirviente de Lady Gumina desde hace tres años."

El rostro de Carol estaba radiante.

"Eso es correcto...... Ciertamente, sí. Entonces, estoy en sus manos, Carol."

"¡Si, mi señor!"

Carol respondió alegremente. Esa viveza parecía encantadora para Sateriasis. Mientras que él involuntariamente coqueteaba con ella en el acto, Gumina estaba allí con ellos y por eso se corrigió.

"Bueno, vámonos yendo, Sati."

El tono de Gumina era completamente diferente cuando se encontraron en la mansión.

(Sati...... sí. Ella me llamaba así.)

Desde que sonaba nostálgico, eso estaba sin duda en lo correcto. En la mansión, ella era consciente de los vigilantes del Marqués Glassred y sus sirvientes, por eso los honoríficos. Esto era diferente a ese entonces, pero hoy, Gumina llevaba un vestido blanco también.

(Sí, Gumina siempre ha sido así. Los vestidos blancos eran sus favoritos.)




La avenida en el centro de Lasaland, llamada "Distrito de los Talleres", estaba llena de tiendas de artesanía. Aunque el mercado de Lasand era donde la gente se reunía más en un momento dado, el Distrito de los Talleres tampoco perdía vapor.

Mobiliarios, tales como muebles y vajillas necesarios para la vida cotidiana; adornos y obras de arte; varias cosas eran construídas allí, algunas se vendían en el mercado, mientras que otras eran colocadas en carruajes tirados por caballos y se exportaban a otros países. El sonido agudo de un sorprendente martillo de hierro, el sonido de las chispas que se escuchaba volar desde el horno, la voz enojada de un maestro en algún lugar...... todo se convirtió en un caos; el Distrito de los Talleres se había llenado de ajetreos y bullicios.

Antes de llegar allí, Sateriasis y Gumina no conversaron mucho. Ella hizo una pequeña charla e historias tontas de principio a fin, Carol constantemente estaba detrás de ellos tomando nota, por eso Sateriasis no podía salir y hablar con ella a pesar de tener un montón de cosas que hacer.

Llegaron al Distrito de los Talleres porque Gumina lo sugirió.

"No creo que este sea un lugar adecuado para una cita."

Sateriasis mansamente le dijo a ella. Pero al mismo tiempo, era verdad que estar allí, de alguna manera, le trajo un sentimiento de nostalgia a la mente.

"¿No te acuerdas, Sati? Nosotros queríamos jugar siempre aquí. Aunque los artesanos gritaban que los "estorbábamos"."

Un anciano acampado en la esquina de la calle estaba dibujando una pintura. Cuando Gumina lo vio, corrió hacia él y le habló.

"Hola, señor."

"Oh, Señorita. Ha pasado un largo tiempo. Ese hombre de ahí...... ¿Es el joven maestro de la Familia del Duque?"

Sateriasis y Carol se acercaron al pintor también. Gumina miraba su lienzo.

"¿Está pintando hoy en el Distrito de los Talleres?"

"Eso es correcto. Pero, no voy a estar vendiendo. Sólo he dibujado retratos y quería hacer un paisaje de vez en cuando."

Gumina se apartó del lienzo y miró a Sateriasis.

"Me gustaba mirar las pinturas de este viejo hombre como éste. Vos mirabas el Taller Gine. Te ponías muy enojado cuando te decía: "Es raro que a un chico le guste cosas como los talleres de muñecas"."

"Ya veo...... ese podría haber sido el caso."

A pesar de que dijo eso, no golpeó lo suficiente para darle cuerda a Sateriasis.

(¿Me gustaban las muñecas...... en serio?)

Luego, Gumina miró hacia el oeste vacío con ojos apáticos. Era la dirección de la mansión de Sateriasis.

"Y entonces...... él siempre había mirado a los herreros."

El pintor escuchó las palabras de Gumina y ligeramente bajó los ojos sin dejar de dibujar su pintura en el lienzo, resonando una cara solitaria.

"Escuché que él murió. Ustedes niños, los tres, eran tan buenos amigos......"

"Espere un minuto."

Sateriasis agarró a Gumina de su muñeca derecha.

"¿De quién estás hablando? ¿Quién es él?"

Escuchándolo, la cara Gumina estaba realmente sorprendida.

"No puede ser...... incluso él...... ¿Incluso te olvidaste de Cheri?"

"¿Cheri? …… ¿¿Quién es ese――??"

De repente, Gumina empujó a Sateriasis en un callejón y, después de mirar a Carol, entró tras él. Sintiendo el aire alarmante que Gumina se escapó, Carol no le importaba ir por ella.

"Oye, ¿Qué demonios estás――?"

Gumina saltó al pecho del sorprendido Sateriasis y le susurró.

"Cheri...... Cherubim, es tu...... hermano mayor."

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